
Autobiografía lectora

Autobiografía lectora
Empecé mi aventura literaria en una pequeña biblioteca de mi barrio, donde una amable bibliotecaria me introdujo en el mundo mágico de las palabras. Mi abuela también tuvo un papel crucial, leyéndome cuentos antes de dormir y despertando mi curiosidad por el poder de la narrativa.
Recuerdo los primeros libros, las historias que me fascinaron y las que, por alguna razón, quedaron inacabadas, como puentes que conectaban mi mundo con el de los personajes y sus aventuras. Fue así como empecé a comprender que la lectura no solo era un acto mecánico, sino una puerta hacia mundos inexplorados.
La lectura se convirtió en mi refugio, un espacio donde la realidad se entrelazaba con la fantasía y donde los personajes se volvían amigos íntimos. Los libros que llegaron a mis manos fueron regalos que atesoré, y cada página leída marcó una etapa de mi vida. Uno de los primeros libros que recuerdo haber leído fue un regalo: “El Principito”, una obra que no solo me introdujo al placer de leer, sino que sembró la semilla de la reflexión y la conexión emocional con la literatura.
El acceso a los libros no siempre fue fácil; algunos eran verdaderos tesoros que conseguía con esfuerzo y dedicación. La biblioteca se convirtió en mi segunda casa, un lugar donde explorar géneros y descubrir autores que expandieron mis horizontes literarios. Aunque algunas veces el camino para obtener ciertos libros fue difícil, la satisfacción de tenerlos entre mis manos superó cualquier obstáculo.
Como lectora, me considero una exploradora de géneros diversos. Desde la poesía que acaricia el alma hasta la prosa que narra historias profundas, encuentro, placer en la variedad. Los clásicos literarios, como las obras de L. N. Tolstói, F. Dostoyevski, W. Shakespeare y M. de Cervantes, me han brindado una comprensión más profunda de la condición humana y han dejado una huella indeleble en mi “yo lector”.
La lectura no solo es un acto individual; también tiene una dimensión social que descubrí al compartir experiencias de lectura con otros. La formación de clubes de lectura y las discusiones enriquecieron mi comprensión de los textos, proporcionando diferentes perspectivas y permitiéndome apreciar la diversidad de interpretaciones.
Actualmente, estoy inmerso en la obra de Haruki Murakami, explorando los mundos surrealistas e introspectivos que crea con su escritura única. Mis expectativas de futuro incluyen la lectura de más clásicos de la literatura mundial y descubrir a nuevos autores que enriquezcan aún más mi itinerario lector.
El deseo de leer no debería ser un peso, sino un estímulo que se enciende con la emoción. Creo firmemente que la formación literaria en las aulas debe centrarse en cultivar el placer de leer, proporcionando las herramientas necesarias para explorar y entender la riqueza de los textos literarios. La literatura es un viaje que se emprende con la emoción como guía, y la formación lectora en las aulas debería ser un faro que ilumina ese camino.
Mi autobiografía lectora es un relato de descubrimientos, placeres y reflexiones que ha evolucionado a lo largo del tiempo. Cada libro, cada autor y cada página han contribuido a la construcción de mi identidad lectora, una identidad que sigue creciendo y transformándose con cada nueva aventura literaria.
Referencias bibliográficas
El gust per la lectura. [en línia] [Consulta: 26/05/2023]. Disponible a: URL [https://xtec.gencat.cat/ca/projectes/lectura/gustperlalectur
Lomas, Carlos y Juan Mata (2014). “La formación de lectores de textos literarios”. A: Textos, 66, p.5-7.
Passem temps en família. La lectura [en línia]. Disponible a: https://educacio.gencat.cat/ca/arees-actuacio/families/temps-familia/lectura/
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